Sin embargo, una semana más tarde, el conjunto colchonero forzó el desempate con una victoria por 2-1 en Mestalla. Cada victoria contabilizaría dos puntos; cada empate, uno; y cada derrota, cero. La siguiente competición oficial en la que participó fue, de nuevo, en el Campeonato de Madrid, aunque con las mismas condiciones que antes: en caso de quedar campeón, no podría disputar la Copa de España. Aquel año, el club debió afrontar una nueva competición creada en el fútbol español: la Copa de Campeones.