Fue un partido polémico donde el mediocampista argentino Antonio Rattín fue expulsado por el árbitro alemán Rudolf Kreitlein acusando insultos, el fallo generó cierta suspicacia, más aún conociéndose de que el árbitro no hablaba el idioma español. Rattín estaba tan indignado con la decisión, creyendo que el árbitro era partidario de Inglaterra, que se negó a irse. Como una manera de mostrar su disgusto, se sentó en la alfombra roja exclusivamente destinado a la Reina de Inglaterra.