No sólo se recuperó, sino que tras ello, regresó a su país y ganó una Copa Libertadores de América con el Olimpia de Asunción. Lo curioso, además, es que se lesionó por una entrada de otro paraguayo, el central Celso Ayala. Esto es indigno y creemos que desde los organizadores de las competiciones se deberían imponer requisitos estrictos no solo sobre cantidad y precio, sino también sobre ubicación de la grada visitante.